Los Ángeles Lakers no cejan en su empeño por alcanzar la complicada primera plaza en la Conferencia Oeste y batieron a Los Ángeles Clippers por 112-104, la sexta victoria seguida para los de Phil Jackson, que registran una marca de 14 victorias y una derrota desde el Partido de las Estrellas. Los angelinos sufrieron hasta el final pero nunca fueron por detrás en el marcador. Kobe Bryant fue el máximo anotador del duelo con 37 puntos (12 de ellos en el último cuarto) y Pau Gasol añadió 26 tantos y ocho rebotes. Por los Clippers destacaron Mo Williams, con 30 puntos, y Blake Griffin, con 22 tantos.
El español se comprometió a donar 1.000 dólares a fondos de ayuda para Japón por cada punto que anotara esta noche, con lo cual la suma asciende a 26.000 dólares. El ex jugador "Magic" Johnson anunció que enviaría la misma cantidad que alcanzara Gasol. Los Lakers salieron mordiendo. La pareja formada por Bryant y Gasol exhibió su mejor nivel y se repartió la anotación (11 y 10 puntos, respectivamente) para lanzar a los suyos (30-14) en un primer cuarto repleto de energía, espectacularidad y acierto en el tiro.
Los de Vinny Del Negro, agazapados en los primeros compases, reaccionaron de la mano de su estrella, Blake Griffin, capaz de provocar gritos de admiración entre la afición rival con tanta facilidad como la que él consigue dibujar esos estratosféricos movimientos en el aire justo antes de machacar un balón. Así ocurrió con un brutal "alley oop" a pase de Aminu desde el centro del campo, una acción que dio confianza a los Clippers mientras Matt Barnes ponía de su parte con una canasta en propio aro (tras intentar hacerse con un rebote) para colocar el 38-31 en el marcador.
Ahí los Clippers comenzaron a hacerse con el tempo del partido, lanzando contraataques a la velocidad del rayo y exigiendo el máximo rendimiento al equipo de Jackson, que pagó el esfuerzo y su defensa comenzó a diluirse como un azucarillo (47-44). Los Lakers, recuperado el aliento tras el descanso, mantuvieron una línea sólida a ambos lados de la pista, con Bryant muy acertado de cara al aro y Bynum dominando el rebote defensivo, mientras que los Clippers echaban de menos la aportación de Eric Gordon, absolutamente negado (0/11 en el tiro).
Quien sí dio lo mejor de sí fue el base Mo Williams, perfecto en la dirección de juego y acertado desde el perímetro con cuatro triples que impedían que los hoy locales en el Staples Center pudieran respirar tranquilos (84-80, a falta de unos segundos para el término del tercer periodo). Entonces las cosas se pusieron peliagudas para los Lakers. Un mate de Craig Smith redujo la brecha a dos (85-83) cuando el partido lo disputaban los reservas de ambos equipos. La rotación de los de púrpura y oro sumaba sólo el 25 por ciento de sus lanzamientos, mientras que la de los Clippers superaba el 55 por ciento.
Con Shannon Brown y Matt Barnes especialmente fuera de onda, Bryant y Gasol asumieron de nuevo los galones y mantenían la ventaja para los Lakers a pesar de los grandes momentos de Randy Foye, con ocho puntos casi consecutivos. En los últimos compases y a pesar del empuje de los Clippers (108-104 a falta de un minuto), los de Jackson vieron la luz al final del túnel con un decisivo robo de balón de Artest sobre Griffin cuando éste enfilaba el aro de nuevo. Al final Bynum, con un rebote ofensivo, y una técnica señalada a Chris Kaman, pusieron la puntilla.
El español se comprometió a donar 1.000 dólares a fondos de ayuda para Japón por cada punto que anotara esta noche, con lo cual la suma asciende a 26.000 dólares. El ex jugador "Magic" Johnson anunció que enviaría la misma cantidad que alcanzara Gasol. Los Lakers salieron mordiendo. La pareja formada por Bryant y Gasol exhibió su mejor nivel y se repartió la anotación (11 y 10 puntos, respectivamente) para lanzar a los suyos (30-14) en un primer cuarto repleto de energía, espectacularidad y acierto en el tiro.
Los de Vinny Del Negro, agazapados en los primeros compases, reaccionaron de la mano de su estrella, Blake Griffin, capaz de provocar gritos de admiración entre la afición rival con tanta facilidad como la que él consigue dibujar esos estratosféricos movimientos en el aire justo antes de machacar un balón. Así ocurrió con un brutal "alley oop" a pase de Aminu desde el centro del campo, una acción que dio confianza a los Clippers mientras Matt Barnes ponía de su parte con una canasta en propio aro (tras intentar hacerse con un rebote) para colocar el 38-31 en el marcador.
Ahí los Clippers comenzaron a hacerse con el tempo del partido, lanzando contraataques a la velocidad del rayo y exigiendo el máximo rendimiento al equipo de Jackson, que pagó el esfuerzo y su defensa comenzó a diluirse como un azucarillo (47-44). Los Lakers, recuperado el aliento tras el descanso, mantuvieron una línea sólida a ambos lados de la pista, con Bryant muy acertado de cara al aro y Bynum dominando el rebote defensivo, mientras que los Clippers echaban de menos la aportación de Eric Gordon, absolutamente negado (0/11 en el tiro).
Quien sí dio lo mejor de sí fue el base Mo Williams, perfecto en la dirección de juego y acertado desde el perímetro con cuatro triples que impedían que los hoy locales en el Staples Center pudieran respirar tranquilos (84-80, a falta de unos segundos para el término del tercer periodo). Entonces las cosas se pusieron peliagudas para los Lakers. Un mate de Craig Smith redujo la brecha a dos (85-83) cuando el partido lo disputaban los reservas de ambos equipos. La rotación de los de púrpura y oro sumaba sólo el 25 por ciento de sus lanzamientos, mientras que la de los Clippers superaba el 55 por ciento.
Con Shannon Brown y Matt Barnes especialmente fuera de onda, Bryant y Gasol asumieron de nuevo los galones y mantenían la ventaja para los Lakers a pesar de los grandes momentos de Randy Foye, con ocho puntos casi consecutivos. En los últimos compases y a pesar del empuje de los Clippers (108-104 a falta de un minuto), los de Jackson vieron la luz al final del túnel con un decisivo robo de balón de Artest sobre Griffin cuando éste enfilaba el aro de nuevo. Al final Bynum, con un rebote ofensivo, y una técnica señalada a Chris Kaman, pusieron la puntilla.