Getafe y Real Madrid se enfrentaban en el derbi de la capital
con sensaciones inmejorables después del último tramo de temporada: los
azulones venían de lograr varios triunfos que lo habían acercado a los
puestos de Europa y los merengues llegaban al choque con una clara
ventaja al frente de la clasificación.
A pesar de ello, el
partido empezó frío y con poco ritmo, contagiado quizá por la gélida
temperatura registrada en el Coliseum Alfonso Pérez, que no registró una
gran entrada para ver el encuentro. El Real Madrid obtuvo muy pronto la iniciativa en el juego, con un Getafe replegado que se dedicaba a destruir el juego del conjunto visitante.
A
pesar de ello, Abdel fue el primero en disponer de una ocasión clara
para desnivelar el marcador tras una buena jugada entre el marroquí, Juan Valera y Diego Castro, pero la pelota se marchó demasiado alta.
A partir de ahí lo hombres de Luis García perdieron la posibilidad de
acercarse a los dominios de Casillas y empezaron a sufrir en defensa.
El encuentro era del Real Madrid, que a pesar de su dominio territorial no obtenía ocasiones demasiado claras hasta que Sergio Ramos apareció para desatascar el encuentro en el minuto 18:
un preciso centro de Özil al corazón del área fue suficiente para que
el sevillano colocase un testarazo a la escuadra inalcanzable para Moyá,
marcando el primer y único tanto del partido.
Los
de Mourinho por aquel entonces ya se sabían superiores y siguieron
presionando a un Getafe que no encontraba su sitio en el partido y que
cometía algunas faltas a destiempo, que supusieron varias
amonestaciones. De la mano de un buen Özil en la medular y un Xabi Alonso que actuaba como brújula, el Real Madrid ejecutaba sus ataques sin brillantez pero con solvencia, buscando a un Cristiano hiperactivo y a Benzema.
El
segundo tanto por parte del conjunto merengue parecía estar al caer en
los instantes finales de la primera parte, pero los de Luis García
respondieron con dos buenas jugadas prácticamente consecutivas que no
encontraron el premio del gol, tras un disparo cruzado de Casquero y un balón en el área pequeña al que no consiguió llegar Juan Valera.
No hubo tiempo para más y el Real Madrid tomó camino a vestuarios satisfecho de la primera parte realizada pero con la sensación de que la ventaja obtenida era insuficiente por lo visto hasta el momento sobre el césped.
La
segunda mitad comenzó con un guión muy parecido al del primer periodo:
el encuentro no tenía demasiadas ocasiones, con un Real Madrid llevando
la iniciativa y un Getafe que procuraba optimizar sus acercamientos
esporádicos. Ante la situación, ambos técnicos decidieron meter otra marcha al partido, con la inclusión de dos hombres de velocidad como Callejón y Gavilán.
Dos ocasiones casi consecutivas por parte de Cristiano, con un lanzamiento seco desde la frontal, y Benzema,
gracias a un mano a mano logrado por el jugador francés, pusieron a
prueba a un Moyá que una vez más respondió a un gran nivel dando mayor
sensación de seguridad que su zaga.
El dominio territorial
merengue continuó aumentando con el paso de los minutos. A pesar de
ello, el Getafe no tiró la toalla y en una jugada aislada el conjunto
azulón pidió penalti por una mano de Pepe bastante clara que el colegiado no vio
después de un remate de Diego Castro. No acabó ahí la mala suerte
azulona, pues Masilela se lesionó con los tres cambios agotados y tuvo
que continuar muy tocado sobre el campo.
Tuvo el Pipita Higuaín
la sentencia, después de entrar desde el banquillo, en una buena jugada
del argentino que dejó con el molde a Miguel Torres y disparó cruzado para buscar el gol, aunque Moyá, en la enésima intervención, sacó la pelota. No habría más tiempo para un Getafe que no pudo morir matando en el área de Casillas.
Con este resultado, el Real Madrid sigue manteniendo su ventaja respecto al FC Barcelona
en el primer puesto de la tabla clasificatoria. El Getafe firmó una
derrota que no desluce su buena dinámica en una Liga que no es la suya.
Victoria blanca pero por la minima y con polemica al final con un penalty no pitado.
con sensaciones inmejorables después del último tramo de temporada: los
azulones venían de lograr varios triunfos que lo habían acercado a los
puestos de Europa y los merengues llegaban al choque con una clara
ventaja al frente de la clasificación.
A pesar de ello, el
partido empezó frío y con poco ritmo, contagiado quizá por la gélida
temperatura registrada en el Coliseum Alfonso Pérez, que no registró una
gran entrada para ver el encuentro. El Real Madrid obtuvo muy pronto la iniciativa en el juego, con un Getafe replegado que se dedicaba a destruir el juego del conjunto visitante.
A
pesar de ello, Abdel fue el primero en disponer de una ocasión clara
para desnivelar el marcador tras una buena jugada entre el marroquí, Juan Valera y Diego Castro, pero la pelota se marchó demasiado alta.
A partir de ahí lo hombres de Luis García perdieron la posibilidad de
acercarse a los dominios de Casillas y empezaron a sufrir en defensa.
El encuentro era del Real Madrid, que a pesar de su dominio territorial no obtenía ocasiones demasiado claras hasta que Sergio Ramos apareció para desatascar el encuentro en el minuto 18:
un preciso centro de Özil al corazón del área fue suficiente para que
el sevillano colocase un testarazo a la escuadra inalcanzable para Moyá,
marcando el primer y único tanto del partido.
Los
de Mourinho por aquel entonces ya se sabían superiores y siguieron
presionando a un Getafe que no encontraba su sitio en el partido y que
cometía algunas faltas a destiempo, que supusieron varias
amonestaciones. De la mano de un buen Özil en la medular y un Xabi Alonso que actuaba como brújula, el Real Madrid ejecutaba sus ataques sin brillantez pero con solvencia, buscando a un Cristiano hiperactivo y a Benzema.
El
segundo tanto por parte del conjunto merengue parecía estar al caer en
los instantes finales de la primera parte, pero los de Luis García
respondieron con dos buenas jugadas prácticamente consecutivas que no
encontraron el premio del gol, tras un disparo cruzado de Casquero y un balón en el área pequeña al que no consiguió llegar Juan Valera.
No hubo tiempo para más y el Real Madrid tomó camino a vestuarios satisfecho de la primera parte realizada pero con la sensación de que la ventaja obtenida era insuficiente por lo visto hasta el momento sobre el césped.
La
segunda mitad comenzó con un guión muy parecido al del primer periodo:
el encuentro no tenía demasiadas ocasiones, con un Real Madrid llevando
la iniciativa y un Getafe que procuraba optimizar sus acercamientos
esporádicos. Ante la situación, ambos técnicos decidieron meter otra marcha al partido, con la inclusión de dos hombres de velocidad como Callejón y Gavilán.
Dos ocasiones casi consecutivas por parte de Cristiano, con un lanzamiento seco desde la frontal, y Benzema,
gracias a un mano a mano logrado por el jugador francés, pusieron a
prueba a un Moyá que una vez más respondió a un gran nivel dando mayor
sensación de seguridad que su zaga.
El dominio territorial
merengue continuó aumentando con el paso de los minutos. A pesar de
ello, el Getafe no tiró la toalla y en una jugada aislada el conjunto
azulón pidió penalti por una mano de Pepe bastante clara que el colegiado no vio
después de un remate de Diego Castro. No acabó ahí la mala suerte
azulona, pues Masilela se lesionó con los tres cambios agotados y tuvo
que continuar muy tocado sobre el campo.
Tuvo el Pipita Higuaín
la sentencia, después de entrar desde el banquillo, en una buena jugada
del argentino que dejó con el molde a Miguel Torres y disparó cruzado para buscar el gol, aunque Moyá, en la enésima intervención, sacó la pelota. No habría más tiempo para un Getafe que no pudo morir matando en el área de Casillas.
Con este resultado, el Real Madrid sigue manteniendo su ventaja respecto al FC Barcelona
en el primer puesto de la tabla clasificatoria. El Getafe firmó una
derrota que no desluce su buena dinámica en una Liga que no es la suya.
Victoria blanca pero por la minima y con polemica al final con un penalty no pitado.