El Real Madrid sigue con paso firme en la Liga, ganando inapelablemente al Racing,
y firmando así una vuelta completa al campeonato en la que ha ganado 18
de los 19 últimos partidos disputados. El cuadro cántabro no fue
suficiente para demasiado Madrid. El conjunto blanco se adelantó a los
cinco minutos, y vio cómo a los cuarenta el conjunto cántabro se quedaba
con diez. Mucho más de lo que el Racing podría soportar. Demasiadas
facilidades para un Real Madrid que dejó la sensación de haber podido
arrasar también sin ellas. Benzema marcó por partida doble, como también lo hiciera Di María el mismo día de su reaparición,
en lo que fue una noche redonda para el madridismo, que al menos hasta
el domingo podrá presumir de tener al Barcelona a trece puntos de
distancia.
Mourinho y Di Stéfano avisaron
la semana pasada de que dejándole cancha a los rivales no llegarían muy
lejos, y desde luego que los pupilos del portugués tomaron buena nota
de los consejos. Pues si llevaban cuatro partidos de los últimos cinco
empezando por detrás en el marcador, esta vez fueron los merengues lo
que comenzaron asfixiando al rival. Ronaldo cabeceó al palo en un córner ya en el minuto cuatro, para instantes después remachar a gol desde la línea un buen centro de Kaká, que aprovechó su propio rechace para firmar la asistencia. 28 goles lleva ya el ‘7’ merengue en lo que va de Liga, y 121 desde que aterrizó en Concha Espina, lo que le valió para igualar el registro de otro mítico ‘7’ del club blanco: el mismo Juanito. Siete minutos, y gol del ‘7’ para igualar al ‘7’ más legendario en la Casa Blanca.
Un gol que fue la mejor excusa posible para todos aquellos que querían pasarse a las semifinales de Copa del baloncesto,
que se disputaba a la misma hora. Y es que si ya antes del partido, la
balanza parecía claramente desnivelada a favor de los merengues, con el
gol, las diferencias se acusaron aún más. Es cierto que el Racing sólo
había perdido un partido de los últimos nueve, pero en el Santiago
Bernabéu apenas conseguía pasar de la línea del centro del campo.
El Real Madrid tenía el encuentro en sus manos. Sólo él podía guiar el marcador hacia uno u otro lado, con un dominio total de la posesión y de las ocasiones. Granero se mostró nuevamente como el mejor acompañante posible de Xabi Alonso para
los gourmets del fútbol, el cuarteto formado por
Ozil-Kaká-Ronaldo-Benzema ralló al sobresaliente nivel que últimamente
acostumbran, y la reaparición de Marcelo se dejó notar. Así, el partido
se desarrollaba con la sempiterna sensación de que en cualquier momento
llegaría la puntilla de los blancos. Y ésta llegaría antes del descanso
con la firma de Cisma.
El lateral visitante se ganó una primera
tarjeta amarilla al minuto veinticinco por manos al cortar un
contraataque. Y cuarto de hora después, volvió a cometer manos al cortar
esta vez un centro de Ronaldo, lo que le valió la segunda amonestación y expulsión. Como ante el Levante la
pasada jornada, el Real Madrid jugaría la segunda parte entera contra
diez. Y como ante el Levante, la expulsión sería definitiva para
decantar un partido ya de por sí desequilibrado. Y de hecho, apenas
cinco minutos después de la expulsión, en los albores de descanso, Benzema firmó el segundo tanto tras una buena maniobra dentro del área escondiéndole el balón a su marcador y picando el cuero por encima de Toño. Un gol muy de Raúl González, si se permite la comparación, ya que la noche iba de sietes.
Tras el descanso, y ya con toda la trama del encuentro resuelta, se vio un partido de dos caras. Una, la del Racing, un quiero y no puedo. Y otra, la del Real Madrid, un puedo y no quiero. O mejor dicho, un puedo más, pero con lo que tengo me vale. Y
es que con el freno de marcha puesto, y pensando en Moscú, fue capaz de
mantener a buen recaudo los tres puntos. Y es más, pues amplió la
ventaja incluso, merced a un Ángel Di María que tocó el cielo a los diez minutos de
reaparecer tras dos meses lesionado. El albiceleste enganchó un zurdazo
desde el pico del área que se coló por el palo contrario de la portería
de Toño, dibujando una deliciosa trayectoria hasta las redes visitantes.
Benzema todavía marcaría uno más antes del final del partido,
cuando toda la grada estaba más preocupada de la sede de la final de
Copa y de esquivar la acumulación de gente a la salida del estadio. El
francés cerraba así su doblete en una nueva exhibición de buen hacer. Cuarto gol merengue, tres puntos más en la tabla, y nada menos que trece de diferencia hasta que el Barcelona juegue este domingo ante el Valencia. Sin duda, una nueva jornada soñada.
Tampoco lo vi al partido por el resultado lo esperado y Di Maria volvio y marco.
y firmando así una vuelta completa al campeonato en la que ha ganado 18
de los 19 últimos partidos disputados. El cuadro cántabro no fue
suficiente para demasiado Madrid. El conjunto blanco se adelantó a los
cinco minutos, y vio cómo a los cuarenta el conjunto cántabro se quedaba
con diez. Mucho más de lo que el Racing podría soportar. Demasiadas
facilidades para un Real Madrid que dejó la sensación de haber podido
arrasar también sin ellas. Benzema marcó por partida doble, como también lo hiciera Di María el mismo día de su reaparición,
en lo que fue una noche redonda para el madridismo, que al menos hasta
el domingo podrá presumir de tener al Barcelona a trece puntos de
distancia.
Mourinho y Di Stéfano avisaron
la semana pasada de que dejándole cancha a los rivales no llegarían muy
lejos, y desde luego que los pupilos del portugués tomaron buena nota
de los consejos. Pues si llevaban cuatro partidos de los últimos cinco
empezando por detrás en el marcador, esta vez fueron los merengues lo
que comenzaron asfixiando al rival. Ronaldo cabeceó al palo en un córner ya en el minuto cuatro, para instantes después remachar a gol desde la línea un buen centro de Kaká, que aprovechó su propio rechace para firmar la asistencia. 28 goles lleva ya el ‘7’ merengue en lo que va de Liga, y 121 desde que aterrizó en Concha Espina, lo que le valió para igualar el registro de otro mítico ‘7’ del club blanco: el mismo Juanito. Siete minutos, y gol del ‘7’ para igualar al ‘7’ más legendario en la Casa Blanca.
Un gol que fue la mejor excusa posible para todos aquellos que querían pasarse a las semifinales de Copa del baloncesto,
que se disputaba a la misma hora. Y es que si ya antes del partido, la
balanza parecía claramente desnivelada a favor de los merengues, con el
gol, las diferencias se acusaron aún más. Es cierto que el Racing sólo
había perdido un partido de los últimos nueve, pero en el Santiago
Bernabéu apenas conseguía pasar de la línea del centro del campo.
El Real Madrid tenía el encuentro en sus manos. Sólo él podía guiar el marcador hacia uno u otro lado, con un dominio total de la posesión y de las ocasiones. Granero se mostró nuevamente como el mejor acompañante posible de Xabi Alonso para
los gourmets del fútbol, el cuarteto formado por
Ozil-Kaká-Ronaldo-Benzema ralló al sobresaliente nivel que últimamente
acostumbran, y la reaparición de Marcelo se dejó notar. Así, el partido
se desarrollaba con la sempiterna sensación de que en cualquier momento
llegaría la puntilla de los blancos. Y ésta llegaría antes del descanso
con la firma de Cisma.
El lateral visitante se ganó una primera
tarjeta amarilla al minuto veinticinco por manos al cortar un
contraataque. Y cuarto de hora después, volvió a cometer manos al cortar
esta vez un centro de Ronaldo, lo que le valió la segunda amonestación y expulsión. Como ante el Levante la
pasada jornada, el Real Madrid jugaría la segunda parte entera contra
diez. Y como ante el Levante, la expulsión sería definitiva para
decantar un partido ya de por sí desequilibrado. Y de hecho, apenas
cinco minutos después de la expulsión, en los albores de descanso, Benzema firmó el segundo tanto tras una buena maniobra dentro del área escondiéndole el balón a su marcador y picando el cuero por encima de Toño. Un gol muy de Raúl González, si se permite la comparación, ya que la noche iba de sietes.
Tras el descanso, y ya con toda la trama del encuentro resuelta, se vio un partido de dos caras. Una, la del Racing, un quiero y no puedo. Y otra, la del Real Madrid, un puedo y no quiero. O mejor dicho, un puedo más, pero con lo que tengo me vale. Y
es que con el freno de marcha puesto, y pensando en Moscú, fue capaz de
mantener a buen recaudo los tres puntos. Y es más, pues amplió la
ventaja incluso, merced a un Ángel Di María que tocó el cielo a los diez minutos de
reaparecer tras dos meses lesionado. El albiceleste enganchó un zurdazo
desde el pico del área que se coló por el palo contrario de la portería
de Toño, dibujando una deliciosa trayectoria hasta las redes visitantes.
Benzema todavía marcaría uno más antes del final del partido,
cuando toda la grada estaba más preocupada de la sede de la final de
Copa y de esquivar la acumulación de gente a la salida del estadio. El
francés cerraba así su doblete en una nueva exhibición de buen hacer. Cuarto gol merengue, tres puntos más en la tabla, y nada menos que trece de diferencia hasta que el Barcelona juegue este domingo ante el Valencia. Sin duda, una nueva jornada soñada.
Tampoco lo vi al partido por el resultado lo esperado y Di Maria volvio y marco.