El Real Madrid sigue con paso firme en la
Liga. El Barcelona había hecho los deberes, metiendo presión a los
pupilos de Mourinho el sábado, pero éstos ni se inmutaron ante un
Espanyol del que se esperaba mucho más. Sin gobernar totalmente un
impreciso partido, los locales se adelantaron a los veinte minutos de
encuentro, y de ahí en adelante fue prácticamente un monólogo merengue
donde Khedira surgió como goleador dentro del festival atacante de los
Özil, Ronaldo, Kaká, Higuaín. Y por qué no también, hasta del canterano
Morata, que jugó catorce meses después. Se dudaba de Pipita y disolvió
la zozobra con dos buenos goles. No se dudaba de Cristiano, y volvió a
dar motivos de ello. Todo en pos de una nueva exhibición del equipo
merengue, que parece ir directo hacia el título de Liga.
El Real
Madrid recibía al Espanyol con algunas dudas por la acumulación de
cansancio tras los partidos internacionales que disputaron hasta trece
internacionales merengues esta semana. Y lo cierto es que por momentos
al inicio del partido pareció notarse a un Madrid con media marcha
menos. Sólo media marcha menos. Suficiente como para que el público lo
percibiera. Pero también suficiente como para imponerse a un frágil e
insulso Espanyol sin que éstos terminaran de meterse en el partido en
ningún momento.
Y es que si bien el equipo blanco pareció sestear
por momentos, en cuanto la inspiración llegaba a cabeza y piernas al
unísono, la superioridad se hacía manifiesta. De ahí que cuando mediaba
la primera parte, el Real Madrid se adelantara en el marcador aunque en
los minutos anteriores se hubiera llegado a oler cierta dejadez incluso.
Fue, cómo no, Cristiano el que desvirgó la portería periquita. Una
pérdida muy inocente de Raúl Rodríguez fue el preludio de la rápida y
efectiva triangulación entre Ozil-Higuaín-Ronaldo para que el luso
fusilara desde dentro del área a Casilla. Gol que supone la trigésima
diana del ‘7’ en Liga, y la trigésimo octava entre todas las
competiciones… con tres meses aún por jugarse. Algo estratosférico.
Con
el gol a favor, el Real Madrid ganó en seguridad. Todo lo contrario que
el Espanyol, que si bien nunca pareció creerse la machada, con el 1-0 y
aún con tres cuartas partes del partido por jugarse, casi que
definitivamente se vio obligado a cambiarse las botas por las zapatillas
de paseo. Sólo un efervescente Coutinho con un tiro lejano inquietó
algo a Casillas, junto con un mal remate de Sergio García en la segunda
mitad. Así, a los blancos no les hizo falta siquiera meter esa media
marcha restante para ampliar su ventaja en el electrónico y meterse los
tres puntos en el bolsillo. Hasta Khedira marcó, síntoma inequívoco de
las aguas por las que se movía el Espanyol.
En los albores del
descanso, el alemán aprovechó una muy buena triangulación entre Ozil y
Ronaldo para meterse hasta la cocina blanquiazul y resolver el mano a
mano con Casilla con la naturalidad propia que podría exhibir su
compatriota Mario Gómez. Y nada más regresar de los vestuarios, Higuaín
pondría el tercero en el marcador. Ya había fallado un mano a mano solo
frente al meta periquito, pero esta vez el argentino no erró en un nuevo
cara a cara con Casilla tras una buena asistencia del abusón Kaká, guía
sólo cuando el partido va sobre ruedas. Se desquitó el Pipita, al que
todos los focos apuntaban por los rumores de traspaso cuando hasta el
momento había destacado más por su lucha que por su acierto.
Fue
definitivamente con el tercer gol cuando el Real Madrid se quitaría el
corsé para sacar los atuendos de celebración. Por el festival que dio.
Kaká marcaría el cuarto con un preciso tiro cruzado después de una buena
jugada personal. E Higuaín marcaría el quinto con un fuerte chut desde
el borde del área. Aunque lo cierto es que bien podían haber sido el
sexto o el séptimo si Ronaldo o el propio Higuaín hubieran estado un
pelo más precisos. Sobre todo en sendos mano a mano con Casilla.
Definitivamente no le salieron las cosas bien a Pochettino el día en el
que estaba ante su mejor escaparate. Y es que no se vio ni un ápice de
aquel Espanyol que le ‘robara’ dos puntos al Barcelona no hace tanto.
Todo lo contrario que al Real Madrid, que sigue a diez puntos del cuadro
blaugrana… pero con una jornada menos para alzarse con el título final.
Que se puede decir con un 5-0 pues que solo hubo un equipo y ademas mas facil de lo esperado.
Liga. El Barcelona había hecho los deberes, metiendo presión a los
pupilos de Mourinho el sábado, pero éstos ni se inmutaron ante un
Espanyol del que se esperaba mucho más. Sin gobernar totalmente un
impreciso partido, los locales se adelantaron a los veinte minutos de
encuentro, y de ahí en adelante fue prácticamente un monólogo merengue
donde Khedira surgió como goleador dentro del festival atacante de los
Özil, Ronaldo, Kaká, Higuaín. Y por qué no también, hasta del canterano
Morata, que jugó catorce meses después. Se dudaba de Pipita y disolvió
la zozobra con dos buenos goles. No se dudaba de Cristiano, y volvió a
dar motivos de ello. Todo en pos de una nueva exhibición del equipo
merengue, que parece ir directo hacia el título de Liga.
El Real
Madrid recibía al Espanyol con algunas dudas por la acumulación de
cansancio tras los partidos internacionales que disputaron hasta trece
internacionales merengues esta semana. Y lo cierto es que por momentos
al inicio del partido pareció notarse a un Madrid con media marcha
menos. Sólo media marcha menos. Suficiente como para que el público lo
percibiera. Pero también suficiente como para imponerse a un frágil e
insulso Espanyol sin que éstos terminaran de meterse en el partido en
ningún momento.
Y es que si bien el equipo blanco pareció sestear
por momentos, en cuanto la inspiración llegaba a cabeza y piernas al
unísono, la superioridad se hacía manifiesta. De ahí que cuando mediaba
la primera parte, el Real Madrid se adelantara en el marcador aunque en
los minutos anteriores se hubiera llegado a oler cierta dejadez incluso.
Fue, cómo no, Cristiano el que desvirgó la portería periquita. Una
pérdida muy inocente de Raúl Rodríguez fue el preludio de la rápida y
efectiva triangulación entre Ozil-Higuaín-Ronaldo para que el luso
fusilara desde dentro del área a Casilla. Gol que supone la trigésima
diana del ‘7’ en Liga, y la trigésimo octava entre todas las
competiciones… con tres meses aún por jugarse. Algo estratosférico.
Con
el gol a favor, el Real Madrid ganó en seguridad. Todo lo contrario que
el Espanyol, que si bien nunca pareció creerse la machada, con el 1-0 y
aún con tres cuartas partes del partido por jugarse, casi que
definitivamente se vio obligado a cambiarse las botas por las zapatillas
de paseo. Sólo un efervescente Coutinho con un tiro lejano inquietó
algo a Casillas, junto con un mal remate de Sergio García en la segunda
mitad. Así, a los blancos no les hizo falta siquiera meter esa media
marcha restante para ampliar su ventaja en el electrónico y meterse los
tres puntos en el bolsillo. Hasta Khedira marcó, síntoma inequívoco de
las aguas por las que se movía el Espanyol.
En los albores del
descanso, el alemán aprovechó una muy buena triangulación entre Ozil y
Ronaldo para meterse hasta la cocina blanquiazul y resolver el mano a
mano con Casilla con la naturalidad propia que podría exhibir su
compatriota Mario Gómez. Y nada más regresar de los vestuarios, Higuaín
pondría el tercero en el marcador. Ya había fallado un mano a mano solo
frente al meta periquito, pero esta vez el argentino no erró en un nuevo
cara a cara con Casilla tras una buena asistencia del abusón Kaká, guía
sólo cuando el partido va sobre ruedas. Se desquitó el Pipita, al que
todos los focos apuntaban por los rumores de traspaso cuando hasta el
momento había destacado más por su lucha que por su acierto.
Fue
definitivamente con el tercer gol cuando el Real Madrid se quitaría el
corsé para sacar los atuendos de celebración. Por el festival que dio.
Kaká marcaría el cuarto con un preciso tiro cruzado después de una buena
jugada personal. E Higuaín marcaría el quinto con un fuerte chut desde
el borde del área. Aunque lo cierto es que bien podían haber sido el
sexto o el séptimo si Ronaldo o el propio Higuaín hubieran estado un
pelo más precisos. Sobre todo en sendos mano a mano con Casilla.
Definitivamente no le salieron las cosas bien a Pochettino el día en el
que estaba ante su mejor escaparate. Y es que no se vio ni un ápice de
aquel Espanyol que le ‘robara’ dos puntos al Barcelona no hace tanto.
Todo lo contrario que al Real Madrid, que sigue a diez puntos del cuadro
blaugrana… pero con una jornada menos para alzarse con el título final.
Que se puede decir con un 5-0 pues que solo hubo un equipo y ademas mas facil de lo esperado.