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Di Matteo cumplió la amenaza de la que habló en la rueda de
prensa previa al choque en Turín y dejó en el banquillo a su único ‘9’
puro, Fernando Torres. Así, decidió unirse a la moda cada vez más común
en el fútbol europeo del delantero mentiroso, siendo Eden Hazard el
encargado de cumplir esa misión. De esta manera pretendía hacer daño con
sus tres hombres de calidad de arriba a la defensa de tres de la Juve, a
la que también intentó taponar por la izquierda al incorporar a César
Azpilicueta por delante de Ivanovic para evitar las incorporaciones de
Asamoah por esa zona.
Por su parte, Conte no se reservó absolutamente nada. Su única
variación, si se quiere ver como un cambio, es Lichtsteiner, que volvía
al once en detrimento de Isla. Aunque también se reforzó en el medio con
un ‘9’, aunque pueda parecer lo contrario. Con Quagliarella como
acompañante de Vucinic evitaba que sus tres centrocampistas tuvieran que
incorporarse continuamente a posiciones de ataque, para quedarse así
más fijos en la medular y controlar el tridente blue.
Aun así, como se presumía, fue la Juventus la que dominó durante gran
parte del choque la posesión del balón. Especialmente en los primeros
quince minutos el control bianconero fue aplastante. Los Pirlo,
Vidal y Marchisio hicieron suyo el centro del campo y prácticamente no
dejaban respirar a Mikel y Ramires, demasiado solos y aislados para
poder pararlos. Además, cuando salía el Chelsea a la contra, siempre
había superioridad de hombres juventina, salvo en una ocasión en la que
Buffon salvó la ventaja londinense.
Controlada la banda izquierda, Di Matteo se olvidó de la derecha, por
donde Lichtsteiner entraba con comodidad. Por ahí llegaron las jugadas
más peligrosas de la Juve, aunque curiosamente y de forma extraña
teniendo en cuenta el desarrollo del juego, el gol de la Juve llegó de
rebote. Tiro de Pirlo, toque con la puntera de Quagliarella y Cech llega
a rozar, pero no puede evitar que el tanto suba al marcador. A pesar de
la imcompleta belleza del gol, se hacía justicia. Los bianconeri fueron superiores de forma abrumadora y sólo Cech y el palo evitaron que se adelantara antes.
Di Matteo tenía obligación de reaccionar. La prueba de Azpilicueta
como extremo defensivo no funcionó y sustituyó al español por Victor
Moses, con la mala suerte de que sólo unos minutos después, y
precisamente por la banda derecha, llegó el tanto de la sentencia.
Jugada de Asamoah y pase atrás para que Vidal reventara el balón contra
la red. La entrada de Torres era cuestión de necesidad extrema. El
madrileño entró por Obi Mikel en un cambio muy ofensivo, pero no dio
resultado.
En el tiempo que estuvo Torres en el campo, el
Chelsea no creo ni una sola ocasión y a la contra, con Giovinco sobre el
campo, la Juventus era puro peligro. De hecho, el pequeño delantero
anotó el definitivo 3-0, un resultado muy doloroso pero muy justo visto
lo visto. El campeón de Europa, el Chelsea, se está quedando fuera a las
primeras de cambio y tendrá que depender de una carambola en la última
jornada para poder seguir defendiendo título.
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