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El partido de la Juventus ha servido para que el todavía líder del calcio se lama las profundas heridas que ha dejado abiertas y sangrantes la derrota del pasado sábado en el Derby d’Italia
contra el Inter. Y la Juve estaba dolorida no sólo por perder, sino
porque el equipo era consciente de que llevaba varios partidos lejos del
mejor nivel, aquel ofrecido el año pasado.
Esos días, los de Conte dominaban la posesión del balón, pero la
ausencia casi total de profundidad y definición lastraban en demasía un
equipo que va a necesitar estar a su mejor versión durante muchos
partidos esta temporada para poder luchar por los objetivos
establecidos, que no son otros que la revalidación del Scudetto y llegar lo más lejos posible en Champions, además de la Coppa Italia.
Las ansias de restablecerse después del golpe se notaron antes
incluso del comienzo del choque. Conte no se guardó ningún as en la
manga y puso en liza prácticamente el once titular, con los cambios de
Matri por Vučinić e Isla por Lichtsteiner. El chileno es, posiblemente,
la mejor noticia juventina más allá de la contundente victoria. Hoy ha
sido la primera vez en que ha mostrado el gran nivel ofrecido en el
Udinese y de continuar con este ritmo, puede hacer peligrar, sin duda,
la titularidad de su compañero suizo.
El partido cambió absolutamente cuando Marchisio anotó el primer gol.
Fue precisamente una gran acción de Isla y un centro preciso de éste lo
que aprovechó el centrocampista para abrir el marcador. Desde ese
momento, el Nordsjælland tuvo miedo de su rival. En el encuentro de ida,
en casa, dominó durante muchas fases a la Juventus y pudo desplegar su
juego de toque que creó numerosos problemas a la zaga bianconera.
La desventaja los hizo asustarse y replegarse y eso los condenó. Joshua
John aquel día volvió loco a Lúcio. Esta vez ni se le vio enfrentarse a
Barzagli.
Las ocasiones locales se fueron sucediendo una tras otra y la llegada
de un segundo gol era sólo cuestión de tiempo. Vidal aprovechó un error
un error terrible de Runje, que no se decidió a despejar, y el chileno
le robó la cartera y sorprendió al portero Hansen. Giovinco estaba
voluntarioso y más acertado de lo habitual y su premio llegó completando
un contragolpe.
Con la ventaja en el marcador, Alessio aprovechó para dar descanso a
jugadores fundamentales. Sentó a Vidal, Chiellini y Giovinco en los
primeros minutos de la reanudación y el equipo perdió mucha intensidad.
Mucho antes, desde el segundo tanto, los jugadores juventinos buscaban
continuamente habilitar a Matri en posiciones de gol. El delantero
necesitaba un gol que lo reactivara, sobre todo anímicamente. Ni
siquiera la buena asistencia de cabeza a Quagliarella en el definitivo
4-0 lo animó. La falta de gol de los atacantes bianconeri es
preocupante. Matri fue el máximo goleador el año pasado y ahora sólo ha
marcado uno. Recuperarle es fundamental para que el proyecto juventino
tenga posibilidades de éxito.
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