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El Real Madrid avanza hacia los octavos de final de la Champions
después de burrear al Ajax en un partido que se presuponía mucho más
espinoso por lo que los holandeses tenían en juego, y que acabó siendo
puro entretenimiento para el equipo blanco, que formó con sólo la mitad
de sus titulares. Ronaldo, Kaká y Callejón, por partida doble,
perforarían la meta de Vermeer en lo que fue sin duda lo más destacado
de la noche. Sobre todo, el segundo y tercer gol de los blancos, de
bellísima factura. Eso, junto con el debut de José Rodríguez en
Champions, batiendo un récord de precocidad en la historia del Real
Madrid. Lo recordará siempre con el sabor dulce de la victoria y la
clasificación. Lástima que no podrá decir lo mismo del vértigo y el
caudal de fútbol.
Y eso que llegaba el Real Madrid al último choque del grupo con la
clasificación matemáticamente sellada, pero con la mosca detrás de la
oreja. El Ajax se jugaba su pase a la Europa League, y no bajan las
aguas por Concha Espina lo suficientemente mansas como para regalar una
machada en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, nadie lo hubiera dicho
viendo el devenir del partido, con un Ajax contemplativo que fue
arrollado por un Madrid al que le bastó la cuarta marcha para poner el
broche al pase a los octavos de final. Incluso con medio equipo de los
teóricos suplentes, y aun cuando Coentrao apenas duró veinte minutos
sobre el césped. Fue suficiente.
Pues con un Ajax
desquiciantemente lento tanto en la circulación del balón como en los
marcajes, el Real Madrid pudo gustarse, y ahorrando esfuerzos. Y dos
claros exponentes fueron Modric y Nacho. El croata no está terminando de
dar todo lo que se esperaba, mientras que el canterano está teniendo
pocos minutos en los partidos pese a pertenecer al primer equipo y
entrenarse a diario con ellos. Pues ante este Ajax, ambos rallaron a un
nivel sobresaliente, haciéndose acreedores de muchas de las ovaciones
que brindó el respetable.
Y claro, con este panorama, a los
Ronaldo y Benzema, titularísimos y estrellas mundiales, apenas les hizo
falta doce minutos para perforar la meta rival. El francés aprovechó un
pase en profundidad para luego asistir atrás al luso. Como si fuera un
juego de niños, algo insultantemente sencillo, irrespetuosamente fácil
para tratarse del campeón holandés y un clásico de Europa. Pero es que
la tranquilidad con la que dejaba jugar el Ajax era difícilmente
desaprovechable por un gigante como el Madrid, aunque saliera con los
suplentes y no pase por su mejor momento de forma. Y no tardó en
llenarse el saco.
Coentrao
dio una en el palo ya en el minuto diez, Ronaldo tuvo cuatro faltas
directas antes del descanso, y tanto Khedira como Benzema también
dispusieron de sus ocasiones. Aunque sería Callejón, uno de los
canteranos más rentables del panorama mundial, el que aprovecharía la
suya a la media hora de partido. Modric lanzó un pase alto por encima de
la defensa y el granadino, experto en desmarques, la pinchó dejándose
el balón franco para batir a Vermeer en el mano a mano. Un golazo con
todas las letras, por el pase, el control y la ejecución. Impoluto.
Y
si el segundo fue bonito, el tercero tampoco tuvo nada que envidiarle.
Fue nada más regresar del descanso cuando Kaká marcaría el suyo, la
puntilla a un partido sin historia ni tensión alguna. El brasileño,
razonablemente bien esta noche, chutó en carrera desde más allá de la
corona del área con la izquierda para colar el balón pegadito al palo.
Un gol de los suyos, delicioso a la vista, de los que solía meter y cada
vez costaba más encontrar.
Fue con el 3-0 cuando,
paradójicamente, mejor versión del Ajax se vio. En parte porque los
franjirrojos no tenían ya nada que perder, y en parte también porque el
Real Madrid se dejó llevar, cometiendo muchos errores no forzados en la
salida del balón. Boerrigter aprovechó un mal despeje de Adán para
marcar a puerta vacía al primer toque apenas diez minutos después del
gol de Kaká. Pero a pesar de que quedaba aún media hora por delante en
la que los blancos apenas intimidaron a Vermeer, los pupilos de Frank De
Boer fueron incapaces de revertir el resultado.
A igual
motivación, poco tenían que hacer ante el Real Madrid. Pero aun teniendo
más ímpetu, tampoco les fue suficiente. Lo que por otra parte habla muy
mal del Manchester City. De hecho, Callejón todavía marcaría un gol más
antes del final del partido de un fuerte testarazo desde dentro del
área. El doblete que redondeaba una goleada sin tampoco muchos alardes.
Un poco de merengue fue suficiente para empachar a los holandeses.
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