El Real Madrid se salvó por los pelos de la debacle en Riazor después de una hora de partido paupérrima, sólo maquillada cuando Mourinho dio entrada a Ronaldo, Khedira y Ozil de forma simultánea. Hasta entonces, los de blanco habían sido barridos del mapa por un Deportivo excelso, con Pizzi y Riki en modo Balón de Oro, siendo el ex madridista el que rompería la igualdad en el marcador a la media hora. Pero el ‘7’ merengue revolucionó a los suyos cual Mentos en Coca-Cola. Kaká marcaría el empate de un buen disparo ajustado, y a tres minutos del final, una buena triangulación entre el brasileño y el portugués posibilitó la puntilla de Higuaín sobre la bocina. La mejor guinda posible antes del decisivo Clásico de Copa.
Tenía el Real Madrid diez días de infarto con el Barcelona y el Manchester United en el horizonte, y José Mourinho apostó por el segundo comando en Riazor: Kaká, Callejón, Essien, Carvalho, Marcelo sobre el campo, con Ronaldo, Ozil o Khedira en el banquillo. Y la apuesta le salió rana al técnico de Setúbal. El Real Madrid no está dando la talla en la Liga fuera de casa, incluso en este 2013 en el que había crecido había tenido tropiezos en Pamplona y Granada, y ni siquiera dándole la oportunidad a los menos habituales se pudo ver una mínima respuesta por parte de los blancos. Más bien todo lo contrario: la versión chusca, la inoperante en ataque, la endeble en defensa, sin corazón ni espíritu alguno.
Así las cosas, un más que necesitado Deportivo que sí puso toda la carne en el asador fue un auténtico ciclón. Se enfrentaban el tercero contra el colista, pero nadie hubiera acertado los puestos de ambos viendo únicamente esta primera parte en Riazor. Pizzi y Riki parecían Rooney y Van Persie. O Messi e Iniesta. Y con semejante superioridad, el equipo gallego se adelantaría en el marcador a la media hora merced a un fuerte chut al primer palo del ex madridista Riki aprovechando un buen pase en profundidad. Aprovechando también, que Diego López puso las manos blandas.
Y pudo no ser el único gol local antes del descanso. Pues Marcelo sacó un balón debajo del larguero a tiro de Pizzi, Riki cruzó demasiado un disparo dentro del área tras romper a Carvalho, y Bruno Gama obligó a Diego López a despejar un fuerte chut desde el balcón del área. Por su parte, un flácido Real Madrid sólo inquietó con un mano a mano fallido que se fabricó Callejón, y otros dos remates del granadino nada más reanudarse la segunda mitad tras sendos centros de Higuaín y Kaká. Demasiado poco. Máxime cuando el Deportivo se quedó sin Silvio a los 20 minutos y sin Kaká a los 55, y no tenía más defensas de repuesto, con Bergantiños haciendo de lateral casi todo el partido.
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Tenía el Real Madrid diez días de infarto con el Barcelona y el Manchester United en el horizonte, y José Mourinho apostó por el segundo comando en Riazor: Kaká, Callejón, Essien, Carvalho, Marcelo sobre el campo, con Ronaldo, Ozil o Khedira en el banquillo. Y la apuesta le salió rana al técnico de Setúbal. El Real Madrid no está dando la talla en la Liga fuera de casa, incluso en este 2013 en el que había crecido había tenido tropiezos en Pamplona y Granada, y ni siquiera dándole la oportunidad a los menos habituales se pudo ver una mínima respuesta por parte de los blancos. Más bien todo lo contrario: la versión chusca, la inoperante en ataque, la endeble en defensa, sin corazón ni espíritu alguno.
Así las cosas, un más que necesitado Deportivo que sí puso toda la carne en el asador fue un auténtico ciclón. Se enfrentaban el tercero contra el colista, pero nadie hubiera acertado los puestos de ambos viendo únicamente esta primera parte en Riazor. Pizzi y Riki parecían Rooney y Van Persie. O Messi e Iniesta. Y con semejante superioridad, el equipo gallego se adelantaría en el marcador a la media hora merced a un fuerte chut al primer palo del ex madridista Riki aprovechando un buen pase en profundidad. Aprovechando también, que Diego López puso las manos blandas.
Y pudo no ser el único gol local antes del descanso. Pues Marcelo sacó un balón debajo del larguero a tiro de Pizzi, Riki cruzó demasiado un disparo dentro del área tras romper a Carvalho, y Bruno Gama obligó a Diego López a despejar un fuerte chut desde el balcón del área. Por su parte, un flácido Real Madrid sólo inquietó con un mano a mano fallido que se fabricó Callejón, y otros dos remates del granadino nada más reanudarse la segunda mitad tras sendos centros de Higuaín y Kaká. Demasiado poco. Máxime cuando el Deportivo se quedó sin Silvio a los 20 minutos y sin Kaká a los 55, y no tenía más defensas de repuesto, con Bergantiños haciendo de lateral casi todo el partido.
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