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El Málaga está viviendo un curso acelerado de madurez en este debut de la entidad en la Champions. Ha pasado de ser el novato de la competición a mostrar su candidatura para acceder a los cuartos de final tras liderar un complicado grupo formado por el Milan, Zenit y Anderlecht. Ahora espera el Oporto, otro clásico del torneo.
El lema de la institución es memoria, compromiso y fe, tres palabras que definen a la perfección el estado de los albiazules. Memoria que sirve para echar la mirada atrás y comprobar que ha sido un camino duro con descensos y refundaciones. Un club que tiene que disfrutar de este momento para compensar tanto sufrimiento del pasado. Compromiso con una afición que llenará la Rosaleda para llevar en volandas al equipo y fe para superar una eliminatoria ante uno de los grandes del continente.
Enfrente estará el Oporto, el equipo que mejor representa el ave fénix, capaz de resurgir y volver a fichar jugadores de categoría para nutrir de nuevo una plantilla que siempre rinde en las competiciones internacionales -bicampeón del continente y con dos títulos de Europa League-.
Para superar el 1-0 el Málaga no puede agarrarse a la historia ya que el único precedente de los malacitanos ante equipos portugueses se reduce a la eliminatoria de cuartos de final de la por entonces denominada Copa de la UEFA (2002-03). En aquella cita el Boavista, también de la ciudad de Oporto, eliminó en los penaltis al Málaga en un torneo en el que precisamente los 'dragones' se alzaron definitivamente con el campeonato en aquella preciosa final de Sevilla ante el Celtic.
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