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Maratoniana final de consolación que ha tenido que ser decidida desde los 11 metros tras el empate a dos tantos registrado entre Uruguay e Italia en el tiempo de juego. Una tanda que ha sido decidida por el guardameta Gianluigi Buffon quien se ha reivindicado con tres paradas magistrales que permiten a su selección subirse al tercer cajón en el torneo.
Cesare Prandelli optó por un once novedoso para cerrar la participación transalpina en el torneo. Un equipo que no deslucía en los primeros compases, dominando la zona medular con De Rossi asumiendo los galones y facilitado por una despoblada línea de tres charrúa que, a pesar de ello, había dispuesto de la mejor ocasión con una falta botada por Diego Forlán.
Un golpe de suerte permitía a la 'azzurra' adelantarse en el marcador a los 24'. Un libre directo lanzado por Diamanti cerraba su curva y sorprendía a Muslera. El esférico golpeaba la madera para salir despedido hacia el cuerpo del guardameta y regresar a línea de meta donde el debutante Astori empujaba el balón hacia las redes. Afortunado y merecido gol para los tetracampeones. A pesar del revés, Uruguay no perdía la cara al encuentro gracias a su actitud. El trabajo de Buffon crecía provocado por un rosario de disparos celestes que cerraban un primer tiempo vivo, beneficiado por los espacios generados por el desgaste físico.
El cansancio y los minutos acumulados en las piernas abrieron un periodo de errores, dentro del segundo acto, que fue roto por una acertada contra de Gargano que culminaba el 'matador' Cavani con un chut con el interior de su pie derecho al palo largo, haciendo recordar a todos que es el 'Capo Canonieri' de la Serie A. El empate permitió a los campeones de América controlar el choque ante una deshidratada Italia que se desgranaba en cada acción. Buffon con una doble acción salvaba a la 'azzurra' de sendos lanzamientos de Forlán. El gol llamaba a sus puertas y el juventino ejercía de celoso guardián.
La única manera que tenía la escuadra europea de engancharse al choque era esperar o anotar a balón parado. Diamanti eligió, de nuevo, la segunda opción con una ejecución exquisita de las que nos tiene habituado el capitán boloñés que encontraba su fiel reflejo en el otro arco con otro golpeo de similares características, también de libre directo, a cargo de Cavani, en un improvisado concurso de lanzadores de faltas que elevaba el electrónico a empate a dos goles y con la prórroga en el horizonte.
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