Los Lakers lo han conseguido. Ante unos irreconocibles Celtics, sin tensión, sin ese coraje que les hizo arrollar a los angelinos, los Lakers se han puesto el mono de trabajo y, arropados por un público excepcional durante todo el partido, con un gran Kobe y un Gasol líder que se ha quedado a una asistencia del triple-doble, han llevado la serie a un séptimo y apasionante partido que decidirá quienes serán en 2010 los dueños del anillo.
Preocupante para Celtics la lesión de Perkins que podría perderse el partido final.
Aquí os dejo la crónica y las estadísticas del partido de hoy (fuente: marca.com).
Los Lakers no sólo forzaron el séptimo partido de las Finales de la NBA 2010, las más emocionantes de los últimos años, sino que barrieron a los Celtics jugando a lo campeón y con un Pau Gasol sublime: se quedó a una asistencia del 'triple-doble'.
Así sí. Parece mentira que los tipos que saltaron en el quinto encuentro al TD Garden vestidos de morado fueran los mismos que se vistieron de amarillo en el Staples Center un encuentro después, pero los Lakers del sexto partido de esta serie son un equipo campeón de la NBA. Con una actitud espectacular, mordiendo por cada balón y con todos aportando, los amarillos aplastaron a los Celtics y dejaron el partido sentenciado al descanso, cuando ganaban por 51-31.
Y, en el papel de director de orquesta, de chico para todo, un Pau Gasol estelar que fue el primer hombre al que apuntaron las cámaras de televisión cuando se acabó el partido. A pesar de que da muestras de estar absolutamente fundido en lo físico, de que tiene que tirar de inteligencia más que nunca para sumar, Gasol completó un partido virtuoso, a una asistencia del 'triple-doble', por momentos dominando el juego desde una atalaya invisible para todos los demás.
Porque Gasol está muy cansado, y quizá por eso resulta más imcomprensible que Phil Jackson lo mantuviera 41 mintuos en pista cuando en la segunda parte estaba todo el pescado vendido. Los caminos del zen son inexcrutables. Y si no que se lo pregunten al banquillo de los Lakers, sin duda el factor más importante del rearme moral del equipo. Con los suplentes mordiendo por cada balón y aportando en ataque, la sinfonía amarilla no desafinó en ningún momento. No hubo mucha más historia. Si en otros partidos los reservas de los Celtics aplastaron a sus rivales, hoy el banquillo verde pasó absolutamente inadvertido.
Otra de las claves fue la lesión de Kendrick Perkins. Por las primeras noticias, tampoco estará en el séptimo partido. Será decisivo, visto lo visto: el tipo que mató a Pau en el quinto encuentro no estuvo en el sexto, y a fe que el de Sant Boi lo notó. Además, Andrew Bynum pudo descansar más. De cara al choque definitivo, este factor puede ser más importante de lo que creemos, ya que en este choque la producción ofensiva del juego interior de los Celtics se circunscribe a los 12 puntos de Kevin Garnett. Además, la superioridad en el rebote de los locales fue total: 52 a 39, y eso que al final se maquilló.
Y en esta serie en la que unos días ríen unos y lloran otros, los Lakers lo tienen ahora todo de cara. Tienen la moral por las nubes y habrá que ver si sus rivales quedan tocados. Si, como parece, Kendrick Perkins no está en el séptimo, todo está fantásticamente para los de Phil Jackson. El segundo anillo de Pau Gasol ya está encargado en la joyería del destino.
Preocupante para Celtics la lesión de Perkins que podría perderse el partido final.
Aquí os dejo la crónica y las estadísticas del partido de hoy (fuente: marca.com).
Los Lakers no sólo forzaron el séptimo partido de las Finales de la NBA 2010, las más emocionantes de los últimos años, sino que barrieron a los Celtics jugando a lo campeón y con un Pau Gasol sublime: se quedó a una asistencia del 'triple-doble'.
Así sí. Parece mentira que los tipos que saltaron en el quinto encuentro al TD Garden vestidos de morado fueran los mismos que se vistieron de amarillo en el Staples Center un encuentro después, pero los Lakers del sexto partido de esta serie son un equipo campeón de la NBA. Con una actitud espectacular, mordiendo por cada balón y con todos aportando, los amarillos aplastaron a los Celtics y dejaron el partido sentenciado al descanso, cuando ganaban por 51-31.
Y, en el papel de director de orquesta, de chico para todo, un Pau Gasol estelar que fue el primer hombre al que apuntaron las cámaras de televisión cuando se acabó el partido. A pesar de que da muestras de estar absolutamente fundido en lo físico, de que tiene que tirar de inteligencia más que nunca para sumar, Gasol completó un partido virtuoso, a una asistencia del 'triple-doble', por momentos dominando el juego desde una atalaya invisible para todos los demás.
Porque Gasol está muy cansado, y quizá por eso resulta más imcomprensible que Phil Jackson lo mantuviera 41 mintuos en pista cuando en la segunda parte estaba todo el pescado vendido. Los caminos del zen son inexcrutables. Y si no que se lo pregunten al banquillo de los Lakers, sin duda el factor más importante del rearme moral del equipo. Con los suplentes mordiendo por cada balón y aportando en ataque, la sinfonía amarilla no desafinó en ningún momento. No hubo mucha más historia. Si en otros partidos los reservas de los Celtics aplastaron a sus rivales, hoy el banquillo verde pasó absolutamente inadvertido.
Otra de las claves fue la lesión de Kendrick Perkins. Por las primeras noticias, tampoco estará en el séptimo partido. Será decisivo, visto lo visto: el tipo que mató a Pau en el quinto encuentro no estuvo en el sexto, y a fe que el de Sant Boi lo notó. Además, Andrew Bynum pudo descansar más. De cara al choque definitivo, este factor puede ser más importante de lo que creemos, ya que en este choque la producción ofensiva del juego interior de los Celtics se circunscribe a los 12 puntos de Kevin Garnett. Además, la superioridad en el rebote de los locales fue total: 52 a 39, y eso que al final se maquilló.
Y en esta serie en la que unos días ríen unos y lloran otros, los Lakers lo tienen ahora todo de cara. Tienen la moral por las nubes y habrá que ver si sus rivales quedan tocados. Si, como parece, Kendrick Perkins no está en el séptimo, todo está fantásticamente para los de Phil Jackson. El segundo anillo de Pau Gasol ya está encargado en la joyería del destino.