Vitoria de Guimaraes y Betis saltaron al campo dispuestos a hacerle un homenaje al antifútbol y a fe que lo lograron. En la primera parte, por no hacer, no hicieron ni faltas. Tampoco abundaron los pelotazos. Simplemente, ambos equipos se limitaron a rifar el balón en la medular y a regalar la pelota a base de imprecisiones cuando pasaban la frontera de los tres cuartos de campo. Ninguno de los dos, no obstante, se incomodó con su nula actividad ofensiva. Como si les fuesen a denunciar por allanamiento de morada por entrar al área rival, prefirieron no pisarla en exceso. Como si les fueran a cobrar una riñonada por cada disparo a puerta, optaron por ahorrárselos para otra ocasión, que no está la situación para dispendios económicos. Si no, no se explica tanta escasez. Douglas y Andersen podrían haber sacado una silla y sentarse en la línea de gol como dos aficionados más, pero tenían ganas de salir en la tele. Por ello, los dos despejaron a córner sendos disparos que se marchaban por arriba.
Sólo José Carlos y, sobre todo Vadillo, iluminaban la oscuridad bética. Con ellos, al menos, se intuía la luz al final del túnel; muy al final... Fue el segundo el que realizó el primer tiro a puerta del partido. En el 55’, desde la frontal, disparó tan manso que Douglas podría haberla parado desde la silla si la hubiera sacado.
En el 61’, por fin, Pepe Mel se dio cuenta de que su equipo estaba jugando (siendo generosos) con diez. Así, cambiando a Braian Rodríguez por Jorge Molina, varió a su vez la dinámica del partido. El Betis, pese a que su pareja de mediocentros (Nono y X. Torres) deambulaba por el verde sin sentido ni orientación, empezó a crecer. En el 67’, Vadillo, un muestrario de filigranas hecho jugador, filtró un pase que dejó solo a Molina, quien, ya en el área, se topó con la pierna salvadora de Douglas, ya vencido. El balón acabó en un saque de esquina que cabeceó Caro, canterano al que no le pesó su primera vez europea, que rozó el palo. Entretanto, Jorge Molina seguía a lo suyo: una máquina de tirar desmarques y romper defensas; una máquina de no definir.
El Vitoria, sabedor de la inactividad de Andersen, decidió no incomodarlo mucho. Sólo en el 75’ amagaron con quebrar su paz. Fue en un centro lateral de Barrientos, el mejor de los portugueses, que no conectó Maazou por un centímetro y por la presencia incómoda de Caro en el área pequeña. Andersen, efectivamente, podría haberlo visto igual de cómodo desde su silla… si la hubiera sacado.
Pepe Mel dio entrada en el minuto 79 a Chuli por un exhausto José Carlos, escenificando lo que caracteriza a ‘su’ Betis: la ofensiva. Quería más. Y por ahí encontraron los béticos el premio merecido. Ya en el descuento, Verdú, uno de esos futbolistas que tienen el talento por castigo, dejó su intermitencia a un lado para decantar la balanza. Su pase magistral sirvió para que Chuli, en su primera aparición, salvara la salida del portero con un sutil remate que se coló en la portería. 0-1 y delirio entre los béticos en el campo y en la grada, donde festejaba con júbilo una hinchada que había sido lo mejor de los verdiblancos en el partido.
Las noticias que llegaban de Croacia, pronunciaban aún más la sonrisa de los andaluces. El Lyon empataba a 1. El Betis, así pues, es líder de grupo con 8 puntos, por 6 del Lyon, 4 del Vitoria de Guimaraes y 2 del Rijeka, y deja a punto de caramelo la clasificación. A pesar de la crisis en Liga, quién sabe si esta victoria en Europa League no es una mera casualidad, sino un brote verdiblanco. A pesar de la mala situación, a nadie le amarga un dulce y la Europa League difícilmente podría haber dejado mejor sabor de boca en Heliópolis.Fuente goal.com
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Sólo José Carlos y, sobre todo Vadillo, iluminaban la oscuridad bética. Con ellos, al menos, se intuía la luz al final del túnel; muy al final... Fue el segundo el que realizó el primer tiro a puerta del partido. En el 55’, desde la frontal, disparó tan manso que Douglas podría haberla parado desde la silla si la hubiera sacado.
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El Vitoria, sabedor de la inactividad de Andersen, decidió no incomodarlo mucho. Sólo en el 75’ amagaron con quebrar su paz. Fue en un centro lateral de Barrientos, el mejor de los portugueses, que no conectó Maazou por un centímetro y por la presencia incómoda de Caro en el área pequeña. Andersen, efectivamente, podría haberlo visto igual de cómodo desde su silla… si la hubiera sacado.
Pepe Mel dio entrada en el minuto 79 a Chuli por un exhausto José Carlos, escenificando lo que caracteriza a ‘su’ Betis: la ofensiva. Quería más. Y por ahí encontraron los béticos el premio merecido. Ya en el descuento, Verdú, uno de esos futbolistas que tienen el talento por castigo, dejó su intermitencia a un lado para decantar la balanza. Su pase magistral sirvió para que Chuli, en su primera aparición, salvara la salida del portero con un sutil remate que se coló en la portería. 0-1 y delirio entre los béticos en el campo y en la grada, donde festejaba con júbilo una hinchada que había sido lo mejor de los verdiblancos en el partido.
Las noticias que llegaban de Croacia, pronunciaban aún más la sonrisa de los andaluces. El Lyon empataba a 1. El Betis, así pues, es líder de grupo con 8 puntos, por 6 del Lyon, 4 del Vitoria de Guimaraes y 2 del Rijeka, y deja a punto de caramelo la clasificación. A pesar de la crisis en Liga, quién sabe si esta victoria en Europa League no es una mera casualidad, sino un brote verdiblanco. A pesar de la mala situación, a nadie le amarga un dulce y la Europa League difícilmente podría haber dejado mejor sabor de boca en Heliópolis.Fuente goal.com
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