Después de hacer el ridículo sobre el terreno de juego, los jugadores franceses parecen dispuestos ahora a demostrar que fuera del mismo aún pueden ser peores.
El capitán del equipo, Patrice Evra tuvo una cálida discusión a la vista de los periodistas con el preparador físico Robert Duverne. La discusión tuvo lugar en el césped y ante la mirada decenas de aficionados que habían acudido a una sesión preparatoria inicialmente abierta al público. Duverne, un hombre muy próximo al seleccionador, Raymond Domenech, llegó incluso a lanzar su silbato al suelo, antes de ser calmado por otros colegas.
Posteriormente, los jugadores decidieron suspender unilateralmente el entrenamiento, indicó Valentin. "Los jugadores no quieren entrenarse. Es una vergüenza. En estas condiciones he decidido volver a París y dimitir", afirmó el delegado federativo. Más tarde se supo que la negativa de los jugadores a entrenarse era como medida de protesta por la expulsión del Mundial de Nicolas Anelka.
Pues lo de esta selección es lamentable, van de mal a peor.
El capitán del equipo, Patrice Evra tuvo una cálida discusión a la vista de los periodistas con el preparador físico Robert Duverne. La discusión tuvo lugar en el césped y ante la mirada decenas de aficionados que habían acudido a una sesión preparatoria inicialmente abierta al público. Duverne, un hombre muy próximo al seleccionador, Raymond Domenech, llegó incluso a lanzar su silbato al suelo, antes de ser calmado por otros colegas.
Posteriormente, los jugadores decidieron suspender unilateralmente el entrenamiento, indicó Valentin. "Los jugadores no quieren entrenarse. Es una vergüenza. En estas condiciones he decidido volver a París y dimitir", afirmó el delegado federativo. Más tarde se supo que la negativa de los jugadores a entrenarse era como medida de protesta por la expulsión del Mundial de Nicolas Anelka.
Pues lo de esta selección es lamentable, van de mal a peor.