Tres años llevaba el Real Valladolid sin vencer al Celta en el José Zorrilla, cuatro citas que se saldaron con triunfo celeste. Aquella victoria pucelana, disputada en noviembre de 2010, contó con el gol del incombustible Javi Guerra, un futbolista que esta noche ha vuelto a ser protagonista con un 'hat-trick'. Y es que el delantero malagueño siempre mantiene un idilio constante con las mallas -diez dianas en lo que va de campeonato-.
El frío habitual que se respira en Pucela en esta época del año era acompañado por el ambiente desangelado en las gradas. Una falta de calor que también se sentía en el campo con unos primeros minutos de tanteo y escasa vistosidad motivado también por el estado del césped, duro y con poco agarre. El peligro del Real Valladolid aparecía, como de costumbre, a través de los saques de esquina -uno de ellos terminando en gol, anulado por falta sobre Charles-. Una decisión que espabilaba a la parroquia castellana y la rescataba de la hibernación.
El Celta adquiría su cuota de protagonismo a la media hora de juego con una acción hilvanada entre Charles y Nolito, rota por el meta Mariño y posteriormente con otro cabezazo de espaldas del delantero brasileño que recibía otra buena respuesta del guardameta vigués del cuadro pucelano. Los celestes se desquitaban de presión de los locales y mostraban sus cualidades.
La niebla bajaba en la segunda parte, dificultando la visión. No era ese el único problema de Luis Enrique, ya que Charles veía la segunda tarjeta amarilla por una inocente acción en la que obstaculizaba el saque del portero. Los blanquivioletas se espoleaban con la superioridad numérica. Ebert avanzaba por el costado derecho para servir a Javi Guerra, quien amortiguaba el esférico para luego volear. Gol de '9', de 'killer' que tenía una continuación con un testarazo a centro desde el flanco contrario, esta vez a pase de Peña, y con idéntico resultado por parte del ariete.
Los dos tantos de desventaja eran un severo y definitivo castigo para los gallegos, quienes con 10 jugadores eran incapaces agarrarse al encuentro. Un ejercicio complicado ante la ausencia de balones en condiciones para el recién incorporado Santi Mina. Máxime, cuando un exquisito pase de Óscar era resuelto por Javi Guerra con sutileza; sentenciando el duelo. Un hombre que nunca falla en la cita con el gol, haga calor o haga frío.Fuente goal.com
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El frío habitual que se respira en Pucela en esta época del año era acompañado por el ambiente desangelado en las gradas. Una falta de calor que también se sentía en el campo con unos primeros minutos de tanteo y escasa vistosidad motivado también por el estado del césped, duro y con poco agarre. El peligro del Real Valladolid aparecía, como de costumbre, a través de los saques de esquina -uno de ellos terminando en gol, anulado por falta sobre Charles-. Una decisión que espabilaba a la parroquia castellana y la rescataba de la hibernación.
El Celta adquiría su cuota de protagonismo a la media hora de juego con una acción hilvanada entre Charles y Nolito, rota por el meta Mariño y posteriormente con otro cabezazo de espaldas del delantero brasileño que recibía otra buena respuesta del guardameta vigués del cuadro pucelano. Los celestes se desquitaban de presión de los locales y mostraban sus cualidades.
La niebla bajaba en la segunda parte, dificultando la visión. No era ese el único problema de Luis Enrique, ya que Charles veía la segunda tarjeta amarilla por una inocente acción en la que obstaculizaba el saque del portero. Los blanquivioletas se espoleaban con la superioridad numérica. Ebert avanzaba por el costado derecho para servir a Javi Guerra, quien amortiguaba el esférico para luego volear. Gol de '9', de 'killer' que tenía una continuación con un testarazo a centro desde el flanco contrario, esta vez a pase de Peña, y con idéntico resultado por parte del ariete.
Los dos tantos de desventaja eran un severo y definitivo castigo para los gallegos, quienes con 10 jugadores eran incapaces agarrarse al encuentro. Un ejercicio complicado ante la ausencia de balones en condiciones para el recién incorporado Santi Mina. Máxime, cuando un exquisito pase de Óscar era resuelto por Javi Guerra con sutileza; sentenciando el duelo. Un hombre que nunca falla en la cita con el gol, haga calor o haga frío.Fuente goal.com
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