El Real Madrid sigue con paso firme en la Liga, esta vez a costa del Granada. Y de nuevo, como ya sucediera ante el Betis, sufriendo más de lo que se esperaba. Y eso que el ‘9’ Benzema adelantó pronto a los merengues en un mano a mano. Sin embargo, a los hombres de Ancelotti les costó encontrar la manida luz que busca el italiano en ataque. Isco y Cristiano Ronaldo lo intentaron de todas las maneras posibles en la segunda mitad, pero con solidez en el centro del campo, los blancos no terminaban de encontrar la contundencia en la línea de vanguardia. Sí en el resultado final, sea como fuere, sumando tres puntos más que valiosos que no pudieron embolsarse la temporada pasada.
Sin Casillas, pero con Di María y Benzema. Comenzó el partido en Granada cuando todavía resonaba en Los Cármenes la decisión de Carlo Ancelotti de darle de nuevo la alternativa a Diego López y no a Iker Casillas. Cada vez parece menos casual y circunstancial, dicho sea de paso. Sin embargo, los once hoy de azul no tenían eso en la cabeza, sino únicamente la portería de Roberto, asediada en los primeros instantes. Lo hicieron así antes del primer cuarto de hora Benzema, Di María y Ozil –al que le anularon un gol de preciosa vaselina-, todos ellos sin el tino adecuado. No así el galo, que pondría por delante a los suyos a los nueve minutos de partido, aprovechando para embocar a portería el mal control de un Ronaldo que se plantaba ya solo frente a Roberto. El ‘9’ está discutido como nunca, pero el caso es que ha ‘mojado’ en los tres últimos partidos de blanco.
El Arabi como punto de inflexión. Pintaba de color de rosa para el Real Madrid tras este punzante inicio. Ante el Betis sudó tinta para remontar el gol inicial, pero hoy parecía caminar con el viento a favor y cuesta abajo. Hasta que llegó El Arabi. El delantero tuvo la ocasión del partido para el Granada, tras un córner a favor mal contraatacado por los blancos. Se quedó solo ante Diego López, pero la portería se le hizo pequeña, y el tiempo, demasiado rápido. Erró, pero la ocasión levantó la moral de los suyos, que parecieron quitarse el corsé. O al menos, al Real Madrid le empezó a apretar el suyo, dejándole sin aire para idear nada mínimamente interesante en ataque hasta la llegada del descanso.
Isco destapa el tarro de las esencias. Salió el Real Madrid en la segunda parte algo más enchufado y clarividente que antes del descanso. Y fue Isco el reflejo perfecto de este despertar. Y es que mientras que el Granada se afanaba en reclamar una mano de Arbeloa dentro del área que no pareció, el malagueño regaló un gol cantado a Benzema, mientras que él mismo estrellaba otro disparo en la madera tras haberle ‘regalado’ un caño a Nyom. En el otro lado de la balanza por cierto, Ozil era sustituido con un considerable mosqueo. No llegaba el gol de la sentencia, pero lo merecía más el Real Madrid.
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El Arabi como punto de inflexión. Pintaba de color de rosa para el Real Madrid tras este punzante inicio. Ante el Betis sudó tinta para remontar el gol inicial, pero hoy parecía caminar con el viento a favor y cuesta abajo. Hasta que llegó El Arabi. El delantero tuvo la ocasión del partido para el Granada, tras un córner a favor mal contraatacado por los blancos. Se quedó solo ante Diego López, pero la portería se le hizo pequeña, y el tiempo, demasiado rápido. Erró, pero la ocasión levantó la moral de los suyos, que parecieron quitarse el corsé. O al menos, al Real Madrid le empezó a apretar el suyo, dejándole sin aire para idear nada mínimamente interesante en ataque hasta la llegada del descanso.
Isco destapa el tarro de las esencias. Salió el Real Madrid en la segunda parte algo más enchufado y clarividente que antes del descanso. Y fue Isco el reflejo perfecto de este despertar. Y es que mientras que el Granada se afanaba en reclamar una mano de Arbeloa dentro del área que no pareció, el malagueño regaló un gol cantado a Benzema, mientras que él mismo estrellaba otro disparo en la madera tras haberle ‘regalado’ un caño a Nyom. En el otro lado de la balanza por cierto, Ozil era sustituido con un considerable mosqueo. No llegaba el gol de la sentencia, pero lo merecía más el Real Madrid.
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